El enfoque centrado en la acción: Hacer a través de la lengua
¿Cómo ha cambiado la enseñanza de idiomas en los últimos años?
En estos últimos años, la enseñanza de idiomas ha experimentado grandes cambios gracias a la intervención del Consejo de Europa con la publicación en 2001 del documento llamado Marco común europeo de referencia para la lengua: aprendizaje, enseñanza, evaluación (MCER). En este documento, no sólo se estandarizan los niveles de referencia para las lenguas europeas (A1, A2, B1, B2, C1, C2), algo que se venía ya percibiendo como muy necesario en las últimas décadas, sino que también se promueve un enfoque que se orienta al desarrollo de las capacidades y competencias, tanto generales como lingüísticas, que los aprendientes de lenguas extranjeras necesitan desarrollar y adquirir. Se trata de un enfoque orientado a la acción.
El MCER no es un documento prescriptivo sino descriptivo, que describe las competencias que han de desarrollar los estudiantes, ampliando la perspectiva de los enfoques comunicativos, lo cual supone que no se rechazan todas las metodologías y enfoques se se venían aplicando en los últimos años.
La lengua se percibe desde su dimensión social, con lo que el alumno adquiere un perfil de agente social, es decir, que actúa dentro de una sociedad para realizar sus intercambios y transacciones sociales.
En el aula, este agente social es un alumno que realiza actividades comunicativas en un papel protagonista de su propio aprendizaje, un alumno autónomo, que sabe cómo aprender mejor. En las prácticas de aula a través de este enfoque centrado en el alumno, se hace un uso real de la lengua, se dan y se siguen instrucciones, se rechazan o aceptan invitaciones, se resuelven problemas, se participa en un debate, se hace una presentación, se comparten opiniones y emociones y un largo etcétera.
Los alumnos aprenden un idioma para comunicar y actuar, por lo cual, se trata de mejorar y optimizar la adquisición de conocimientos y no de cuantificarla.
Bajo esta perspectiva, el nivel de competencia comunicativa de los aprendientes se determinará en función de las tareas que estén capacitados para realizar correctamente y para ello tienen que expresarse, comunicarse, interactuar, negociar, mediar, etc.
Este enfoque no supone que se haya revolucionado por completo la enseñanza de idiomas, ya que todo lo que se hacía con anterioridad se sigue haciendo (se enseña gramática, vocabulario, nociones y funciones, se lee, se escribe, se habla, se hacen actividades de comprensión auditiva, etc). Pero sí que supone un cambio en la forma de trabajar con las prácticas de aula y las actividades de lengua, así como una ampliación en el campo de la comunicación, que va más allá de los enfoques comunicativos anteriores.
Bajo el prisma del enfoque centrado en la acción, el proceso de la adquisición de la lengua extranjera se hace a través de un conocimiento de la lengua, dirigido hacia su uso activo. De la misma manera, la intención comunicativa se dirige hacia la acción, una acción comunicativa en los contextos sociales.