Artículos Bebes y niños

Enfermedades infantiles
 en otoño/ invierno

El invierno trae consigo ciertos trastornos estacionales, resfriados, gripes, tos, etc. Cuando empiezan los colegios y guarderías, los estornudos y los mocos, de manera paralela nos invaden las preguntas.

19/12/2018
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Clasificado en: Bebes y niños
Escrito por:
Dr. Roberto Rodríguez
Pediatra de Policlínica de Almería

Hola Mama -  enfermedades infantiles en otoño-invierno

El Dr. Roberto Rodríguez, pediatra de Policlínica de Almería, resuelve las dudas más frecuentes, aquellas que nos abordan al llegar el otoño/invierno.

¿Cuales son las enfermedades infantiles mas usuales en otoño-invierno?

En general, la mayoría de las enfermedades infantiles son las infecciosas, la mayor parte de ellas producidas por virus, que se transmiten con facilidad de niño a niño, y esto es más fácil aún, cuando se inicia el curso escolar, que coincide más o menos con el comienzo del otoño. Esto se debe a un contacto más directo en los espacios cerrados de las aulas escolares.

Los virus más frecuentes en el período otoño-invierno son en primer lugar los respiratorios (catarros de vías altas, faringitis, laringitis, traqueítis, bronquitis, bronquiolitis, gripe…..) y en segundo lugar, los virus  gastrointestinales (gastritis, enteritis), sin olvidar otros, que producen erupciones cutáneas denominadas exantemas, como el que origina la enfermedad boca-mano-pie, que en los últimos años está originando pequeños brotes epidémicos en lactantes y preescolares ( niños de 6 meses a 3 años).

Consejos para prevenir las enfermedades otoñales

La medida que individualmente ha demostrado mayor eficacia en la prevención de infecciones respiratorias o gastrointestinales es el “frecuente lavado de manos”. Más del 80% de las infecciones habituales se transmiten a través del contacto manual.

El lavado de manos debe de hacerse sobre todo, antes y después de las comidas, tras usar el baño y en los adultos tras haber ayudado al uso del baño al niño o tras el cambio de pañal; no se debe olvidar que es muy importante insistir en la zona debajo de las uñas, que es una localización muy frecuente de los gérmenes. También es recomendable, si es posible, lavarse las manos después de toser, estornudar y sonarse la nariz y después de haber tocado animales, su alimento o excrementos.

El agua sola no es suficiente para eliminar los gérmenes, hay que usar siempre agua y jabón y cuando no dispongamos de ello, una muy buena alternativa es, el uso de los antisépticos de manos que contienen alcohol.

Vacuna de la gripe en niños, ¿si o no?

Las recomendaciones actuales de la vacunación antigripal en los niños incluyen a:

  • Niños a partir de 6 meses y en la etapa adolescente que presentan determinadas enfermedades de base entre las que más frecuentemente se encuentran: asma, celiaquía, cardiopatías, diabetes, enfermedades crónicas renales o hepáticas, prematuridad etc.).
  • En los niños sanos a partir de 6 meses y en la etapa adolescente que convivan con pacientes de riesgo como son: lactantes menores de 6 meses con enfermedades de riesgo: prematuridad, cardiopatía….
  • En el resto de niños mayores de 6 meses no incluidos en los grupos anteriores, también estaría indicada la vacunación, si sus padres lo solicitan y su pediatra lo considera conveniente.


Lamentablemente y a pesar de estas claras indicaciones de las sociedades científicas y autoridades sanitarias, actualmente las tasas de vacunación en estos grupos de riesgo, son menores de las recomendadas, por lo que es necesaria una mayor concienciación en este sentido.
 
¿Qué medidas preventivas podemos adoptar para evitar contagios?

En primer lugar, administrar todas las vacunas recomendadas, ya que gracias a ellas, muchas infecciones graves han desaparecido y otras han disminuido de forma muy importante.

En segundo lugar, las medidas de higiene de manos que ya hemos comentado y medidas de higiene de la tos ( al toser  o estornudar, tener la precaución de  cubrirse la nariz y la boca con un pañuelo desechable y no con la mano y  no hacerlo nunca de frente a otra persona), y en general mantener una adecuada higiene personal : piel, pelo, uñas.

Evitar el contacto con la saliva de una persona o niño enfermo, no compartiendo chupetes, cubiertos, vasos o cepillos de dientes.


Guardar reposo en casa, evitando que los niños acudan a clase si están enfermos, hasta su total recuperación.  
 
Evitar la exposición al humo del tabaco, ya que éste aumenta el número de infecciones respiratorias.

Promover la lactancia materna, prolongándola todo lo posible.

Evitar o retrasar si se puede, la asistencia a guarderías.

¿Resfriado o gripe?

Ambos son procesos producidos por virus respiratorios y las diferencias entre ambas pueden ser muy sutiles.

Los resfriados son mucho más frecuentes y pueden aparecer en cualquier época del año, aunque predominen en otoño – invierno.
La gripe por el contrario acontece epidémicamente durante una serie de semanas específicas cada año, que pueden ser distintas según el lugar geográfico en el que vivimos, pero que en cualquier caso, son conocidas (es una enfermedad que las autoridades sanitarias vigilan especialmente), aportando información valiosa a los profesionales sanitarios que hace algo más fácil su diagnóstico.

En cuanto a los síntomas, en los resfriados predominan la congestión nasal, estornudos, dolor de garganta, mucosidad nasal, tos moderada y la congestión ocular, mientras que en la gripe predominan la fiebre alta y más prolongada, el dolor de cabeza, los dolores musculares – articulares, la tos seca muy intensa y el cansancio.

En cualquier caso, el tratamiento de ambos padecimientos, consiste en aliviar los distintos síntomas que producen, fundamentalmente con medicamentos contra el dolor y la fiebre, no requiriendo en general el uso de antibióticos.

Hola Mama -  enfermedades infantiles  - resfriado

Laringitis, bronquitis y faringitis

Los tres procesos son producidos generalmente por virus.

Las laringitis se caracterizan por la inflamación de la laringe y pueden asimismo asociarse a la inflamación de la tráquea (traqueítis); producen característicamente ronquera, tos “perruna” y un ruido respiratorio especial al coger aire que se denomina “estridor”, todo lo cual se traduce en dificultad respiratoria.

La bronquitis es la inflamación de los bronquios, y se caracteriza por tos muy frecuente, dificultad respiratoria y “pitos” al respirar.

La faringitis es el cuadro más frecuente de los tres, es la inflamación de la faringe, lo que produce dolor de garganta y se suele acompañar de mucosidad tanto en garganta como en nariz (rinitis), pudiendo asociar entonces congestión nasal, estornudos y moqueo.

Aunque en teoría son cuadros diferenciados, en la práctica pueden aparecer juntos en un mismo proceso.

Fiebre, ¿cuándo tenemos que preocuparnos?

La aparición de fiebre en un niño siempre asusta a los padres.

Para intentar valorar la gravedad de la misma nos podemos fijar en algunos datos.


Edad: en menores de 3 meses con fiebre se aconseja consultar directamente con un servicio médico. En los mayores de 3 meses nos fijaremos en su estado general, definido por las características a nivel de 3 áreas: respiración, circulación y aspecto general.


Respiración: hay que vigilar síntomas de dificultad respiratoria como respiración más rápida de lo normal ó que impida la normal alimentación en los lactantes.


Circulación: vigilar el color de la piel (debe ser sonrosado, no pálido, marmóreo ni amoratado), y la aparición de manchas, sobre todo de color rojo oscuro o morado y que no desaparecen al estirar la piel de alrededor.

Aspecto general: nos preocuparía el decaimiento, la irritabilidad o el llanto intensos, así como la pérdida de interés por el entorno.

Intensidad de la fiebre: la fiebre de más de 40ºC es la más que más hay que vigilar, aunque siempre será más importante el estado general.

Duración: cuando la fiebre se prolonga más de 48 horas es aconsejable consultar con un servicio médico.

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