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Los retos del desarrollo

Desde que nacemos tenemos una gran cantidad de retos

20/02/2018
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Clasificado en: Bebes y niños
Escrito por:
Inmaculada López Martínez
Terapeuta Ocupacional y Fisioterapeuta Col. 5902. Directora Clínica Bimba Almería

Desde mis comienzos en el mundo de la fisioterapia pediátrica y la terapia ocupacional infantil descubrí un área de trabajo muy ilusionadora e importante en el desarrollo de toda persona.

La vida intraútero inicia la maduración de los sistemas sensoriales de nuestro bebé, comenzando por el sistema vestibular (equilibrio) cuando el cigoto es más pequeño y tiene más movimiento dentro de la cavidad, seguido del sistema sensorial táctil (tacto) al crecer y estar en contacto con las paredes de la placenta y finalmente, el sistema propioceptivo (tono muscular) que le permite realizar movimientos de empuje contra la resistencia que ofrece el vientre la madre. De un modo similar, maduran los sistemas sensoriales auditivo y posteriormente, vista, gusto y olfato.

¡Ya estamos en el mundo exterior!

¿Cuántos sonidos, movimiento y tacto? Pronto veré colores y distinguiré a papá y mamá!

Cuando un bebé nace tiene una gran cantidad de retos a los que enfrentarse, por ello es muy importante valorarlo para que su desarrollo neuromotor, cognitivo y sensorial sean adecuados.

Primero, los retos consisten en hacer un adecuado agarre para la lactancia y así obtener una alimentación eficaz y dormir placenteramente para despertar y comer de nuevo. En esta fase pueden ocurrir algunas dificultades relacionadas con el “cólico del lactante” pero son perfectamente prevenibles si se obtienen unas recomendaciones adecuadas por parte de los profesionales especializados en ello.

Los retos del desarrollo 

De forma consecutiva, los siguientes retos son sensorio-motores, -debo controlar mi cabeza en el espacio y comenzar a moverme por mí mismo, sentarme con y sin apoyo de mis padres, desplazarme gateando, ponerme en pie y...por fín, caminar-. Durante todas estas fases de desarrollo en el primer y segundo año de vida podemos acompañar a nuestro bebé y estar atentos de posibles necesidades que requiera atender.

La alimentación es muy importante, la transición de la lactancia a purés, comienzo de sólidos, masticar nuevas texturas, etc. también se convierte en un gran reto. A partir del segundo y tercer año comienza a aparecer el lenguaje, este aspecto de nuevo es significativo y algo que a menudo preocupa a las familias. La masticación de alimentos sólidos y el lenguaje expresivo, es decir, hablar y pronunciar de un modo adecuado están estrechamente relacionados. Este área debe de ser estudiada por el profesional adecuado de forma temprana, debemos acudir al logopeda especializado en el área infantil si detectamos alguna dificultad o queremos prevenirla.

Seguimos con el desarrollo en edades algo más avanzadas, desde los tres años en adelante es muy importante adquirir autonomía personal en la realización de nuestras actividades cotidianas. Comer, vestirme, asearme e ir al baño se convierten de nuevo en retos. En esta fase, igual que en las anteriores, el procesamiento sensorial influye de forma directa e intrínseca a nuestro sistema nervioso. La integración sensorial es la capacidad de nuestro sistema nervioso de procesar la información que viene del exterior, -sonidos, colores, luces, tacto, movimiento, equilibrio corporal, etc.-, y generar respuestas adaptativas a la situación. Como ejemplo, tocar alimentos con las manos como frutas puede ser algo complicado para un niño con hiperrespuesta sensorial táctil por lo tanto, si no soy capaz de tocarla con mis manos no voy a llevarme a la boca esa fruta. Igualmente, algunas texturas en la ropa, los calcetines, zapatos nuevos pueden ser un problema para mí. -También el lavado del pelo, corte de uñas o incluso el sonido del secador de pelo son tareas cotidianas que me molestan mucho y me causan alguna que otra rabieta que mis padres no comprenden-. Frente a estas dificultades de tolerancia táctil nuestro hijo responde de forma no adaptativa y con rechazo por lo que es importante valorar si el procesamiento sensorial puede estar funcionando de un modo diferente o es un tema conductual. Los niños con hiperrespuesta sensorial pueden también tener privación de relaciones sociales con iguales.

Los retos del desarrollo

Cuando empezamos el colegio y los retos avanzan, es importante estar atentos a necesidad de movimiento, coordinación corporal, praxis motora y los nuevos aprendizajes motores que requieren las actividades del coles. La praxis es el proceso neurológico por el cual la cognición dirige el acto motor, es decir, movimiento con intención y objetivo concreto. Desde el área de Terapia Ocupacional se evalúan las dificultades con la praxis o dispraxia, por fases se valora la capacidad de ideación de niño (pensar qué tengo que hacer, cómo tengo que moverme), planificación motora ( organizar en mi cerebro los pasos a seguir para llegar a un objetivo) y ejecución del movimiento (acto motor). Es posible que en alguna de estas fases nuestro cerebro funcione de forma distinta y no lleguemos a obtener una respuesta adaptativa.

Seguimos avanzando, las habilidades manipulativas, motricidad fina y destreza manual, son muy importantes en nuestra vida diaria para usar de forma eficaz objetos como cubiertos para comer, un lápiz para escribir, tijeras para recortar, botones para abrochar mi chaqueta o pantalón, enhebrado para poner los cordones de mis zapatos o hacer la lazada de estos cordones. Las dificultades relacionadas con las habilidades manipulativas puedes generarnos un dia a dia algo complicado y retrasar nuestro desarrollo en autonomía personal.

Para concluir, es muy importante apoyar y ayudar a nuestro hijo a desarrollarse de forma autónoma y satisfactoria sea cual sea su perfil neurológico. Los avances no son calculables frente a la plasticidad del sistema nervioso del niño, siempre se producen mejoras y la autoestima y visión de la propia persona se desarrollan de forma exitosa. El aprendizaje en el niño se produce siempre que la motivación intrínseca esté presente por las cosas que realiza, por lo que es muy importante que nuestro hijo esté satisfecho y tenga motivación por el aprendizaje.

Crecer y ser feliz es lo más importante para el cerebro de un niño.