¡Hola mamá! ¿Vamos al agua? Fisioterapia acuática o Hidroterapia
¿Cuántas veces os han recomendado ir a la piscina por un problema de salud? Y cuando entráis al agua os quedáis pensando ¿Y ahora qué hago yo? Hoy quiero hablaros sobre la Fisioterapia acuática o Hidroterapia, esa gran desconocida.
Son muchas las actividades beneficiosas para la salud que se pueden realizar en el agua, como la natación, el aquagym, actividades deportivas y de ocio… Pero realmente no son una terapia. Para considerar dicha actividad como terapéutica, esta debe ser programada por un profesional sanitario, basada en una valoración previa del estado de salud y la ejecución de un plan de actuación para conseguir los objetivos planteados a corto y largo plazo.
En el caso que nos aborda, la Hidroterapia, debe ser realizada por el “profesional del movimiento”, el que conoce y nos ayuda con nuestros problemas físicos y motores, el que calma nuestro dolor… Un fisioterapeuta. ¿Por qué? Porque la terapia acuática es muy beneficiosa, pero realizada incorrectamente puede conseguir todo lo contrario.
El agua es vida, y posee unas propiedades para mejorar nuestra salud que la hacen única. El fisioterapeuta que trabaja con el agua como un agente terapéutico externo conoce todas estas propiedades y se aprovecha de ellas al máximo para lograr objetivos muy precisos, que pueden ser preventivos, estabilizadores o rehabilitadores.
El agua puede ayudar a todos los miembros de la familia:
Gracias a su componente lúdico se convierte en un área de trabajo muy interesante para los reyes de la casa. El juego no es un lujo, es necesario para favorecer el desarrollo neuromotor adecuado de los niños, favorece el aprendizaje de uno mismo, de los demás y del medio de forma directa o indirecta. Además la desgravitación que supone la inmersión en agua favorece el movimiento, mejora el tono muscular, estimula la motricidad voluntaria, regula el sistema sensorial y el equilibrio. Por todo ello, el medio acuático utilizado por un fisioterapeuta es una valiosa herramienta que ayuda a los niños con necesidades especiales, del tipo que sean, a alcanzar sus logros y mejorar su autonomía, de forma más rápida que en el medio terrestre… y lo mejor ¡Sin que se den cuenta que están en terapia!
Pero la Fisioterapia acuática también es para vosotras las mamás y los mayores. Puede ayudaros durante el embarazo a ser conscientes de vuestra postura, a prepararos físicamente para el gran día, así como con vuestros problemas musculares, los dolores de espalda, las desviaciones de columna, la recuperación de lesiones deportivas, lesiones neurológicas como los ictus, recuperación post-quirúrgica, etc.
En definitiva, ahora que ya sabéis que la Fisioterapia acuática existe y como puede ayudaros espero que no lleguéis al agua y os preguntéis ¿y ahoga qué hago yo?