Niños y Animales de Compañía
En la actualidad, en muchos de nuestros hogares, las mascotas son consideradas un miembro más de la familia. El vínculo que se establece con ellas es muy fuerte, generando sentimientos de compañerismo, cariño incondicional, protección, etc.
En mi experiencia profesional he conocido muchas parejas jóvenes que empezaron a aumentar la familia con la adopción de una mascota y posteriormente fueron llegando los niños. O familias con niños pequeños, donde la adopción de un perro o un gato genera una ilusión tremenda en todos los miembros, pero especialmente en los más pequeños.
Es importante que el deseo natural en la mayoría de los niños de convivir con una mascota se fomente desde los padres a través de una tenencia basada en la responsabilidad y el compromiso.
Los niños disfrutarán a través del juego, las caricias, el cariño, la diversión, la alegría pero además deberán asumir y aprender (en función de su edad y desarrollo) las tareas propias del cuidado de una mascota, como su alimentación, limpieza e higiene, salidas regulares a la calle, etc.
Todo esto generará un fuerte vínculo niño-animal que beneficiará a ambos y aumentará en los niños su capacidad de empatía y responsabilidad. Incluso hay estudios que demuestran que el contacto con los animales en la infancia ayuda a desarrollar el sistema inmunológico y hace menos probable el desarrollo de alergias.
Un aspecto muy relevante que debe tenerse en cuenta y en el que hay que ser especialmente cuidadoso es en la elección del animal de compañía. Factores como la especie, raza, tamaño de adulto, probable comportamiento futuro, espacio en el domicilio, tiempo libre disponible, impacto en el presupuesto familiar deben valorarse concienzudamente. Lamentablemente, es muy habitual, en la clínica veterinaria, comprobar como en ocasiones se ha adquirido una mascota sin haber hecho una reflexión profunda sobre si se le podrán brindar los cuidados necesarios para su bienestar dando como resultado situaciones de mal cuido o incluso abandono, que tenemos la obligación de evitar.
Es por ello muy aconsejable acudir a un veterinario antes de la adopción. Nadie mejor para asesorar sobre el animal que mejor se adapte a las características de cada familia.
Un especial cuidado a tomar en consideración en hogares con niños y mascotas es la prevención de las zoonosis, que son aquellas enfermedades infecciosas o parasitarias que pueden ser transmitidas de los animales a las personas, siendo los niños los más vulnerables, sobretodo los menores de cinco años.
Las vías de transmisión y los agentes causantes son muy numerosos, siendo estos algunos ejemplos:
. Por contacto indirecto con las heces en el que se puede producir un contagio de enfermedades parasitarias como toxocariosis o giardiosis, o bacterianas como salmonelosis (este último más habitual en reptiles y tortugas).
. Por contacto directo con la piel de un animal portador de dermatofitos que pueden generar una afectación cutánea fúngica, conocida popularmente como tiña.
. Por arañazo o mordedura.
. Por vectores, que son artrópodos (principalmente pulgas y garrapatas) que pueden transmitir enfermedades a través de su picadura, como la Fiebre Botonosa del Mediterráneo.
En ocasiones las mascotas pueden ser portadoras de la enfermedad pero no desarrollar síntomas, por eso es fundamental mantener unas adecuadas condiciones higiénicas en los animales y su entorno, enseñar a los niños a lavarse las manos después de tocar a sus mascotas y acudir al veterinario con regularidad para garantizar la salud del animal mediante programas de prevención adecuados, no sólo por nuestros animales, sino por el bienestar de toda la familia, especialmente de los más pequeños.