Salutogénesis: Nuevo paradigma centrado en la salud para el siglo XXI
Una de las inquietudes más básicas del ser humano es como cuidar, mantener y recuperar su salud.
"Salutogénesis" es un vocablo que procede del griego y significa "origen de la salud". Fue rescatado por el médico y sociólogo Antonovsky en 1979, y su contribución fundamental fue mantener la pregunta ¿Qué crea la salud? así como la búsqueda del "origen de la salud" en lugar de buscar las causas de la enfermedad. Se centra en el estudio de los factores que pueden generar salud, entendida en un sentido amplio (no sólo médico) y considera además que no tiene sentido hacer una distinción entre personas sanas y enfermas. Desde este modelo se plantea que la salud debe ser vista, más bien, como una dimensión continua entre el extremo de enfermedad y el extremo saludable, de manera que cada persona se sitúa, en un determinado momento, en algún punto de ese continuo.
Antonovsky (1979), explicó su modelo con la metáfora del "río de la vida". Según esta metáfora no hay unas personas sanas a salvo en la orilla y otras enfermas luchando con las aguas, sino que todos estamos en el río, expuestos a potenciales estresores y dificultades que son parte de la naturaleza misma de la vida. Ese río de la vida representa el continuo de la salud. Y nuestra posición en el rio irá cambiando y las características del rio variarán según el punto donde nos encontremos. En las proximidades del extremo de enfermedad las aguas serán más bravas, las corrientes más peligrosas y mantenerse a flote resultará más difícil. Aunque, eso sí, con independiencia del punto del río donde nos encontremos, siempre podremos avanzar en dirección del bienestar. La clave está en aprender a nadar.
Desde la salutogénesis, aprender a nadar consiste en lograr ver el mundo como un entorno comprensible (lo entiendo), manejable (puedo) y significativo (merece la pena). Y a esta manera de ver el mundo se le llama sentido de coherencia. Así las personas con un alto sentido de coherencia experimentan el mundo como un lugar predecible y con sentido; afrontar la vida confiando en que encontrarán los recursos necesarios para superar cualquier dificultad que se les presente en la vida e interpretan estas dificultades como aprendizajes que necesitan ser transcendidos e integrados para crecer y madurar como seres humanos.
Otra premisa importante dentro de este paradigma es lograr recursos generalizados de resistencia, esto implica adaptarse positivamente a la vida a pesar de vivir en unas circunstancias difíciles.
Aunque estas propiedades están en todo ser humano, hay personas que las despliegan en todo su potencial (suelen ser las personas más saludables, que mejor calidad de vida y bienestar consiguen); y hay otras personas que necesitan conocer sus recursos y fortalezas, así como hacer una revisión y proponerse cambios (proceso de re-educación).
Se podría decir que cada persona tiene un potencial de salud que le permite vivir y tener una calidad de vída (esta debería ser la conquista de cada persona por la vida).
Y... es aquí donde la Organización Mundial de la Salud inicia en 1993 una importante campaña, con prioridad sobre otras, de "promoción de la salud". Reconoce que una buena salud es algo inherente al ser humano. Retoma la visión holística e integrada del ser humano en todas sus dimensiones: orgánica-física, mental-psicológica, anímica y social. Propone trabajar sobre la prevención para no dar lugar al desarrollo de la enfermedad.
Así el trabajo de cualquier sanitario debería ser orientar a cada individuo a una armonización y equilibrio de todas sus dimensiones, y desde este marco sulutogénico comprender la salud integrada a la propia biografía de cada ser humano.
Tratar a cada persona como "única" en su totalidad (en todas sus dimensiones) es el objeto a conseguir para los profesionales de la salud en este siglo XXI, entendiendo que el tratamiento que es válido para una persona, podría no serlo para otra.