¿Qué sucede cuando el dolor lumbar no desaparece?
Existen multitud de estudios y teorías al respecto, de hecho, a lo largo de los años nos hemos encontrado con artículos que relacionaban este dolor con una gran diversidad de factores. Pero, ¿qué sucede con esas “lumbalgias rebeldes” que no terminan de desaparecer?
En primer lugar; ¿Por qué nos duele la espalda?
En cuantas ocasiones nos hemos hecho esta pregunta, y qué cantidad de factores encontramos cuando hablamos de un dolor lumbar como por ejemplo a causa de; traumatismos, mala higiene postural, sobrecarga y esfuerzos entre otros…
Estos casos en los que acudiendo a tu fisioterapeuta obtendremos una mejora significativa, aliviando la sintomatología.
Pero, ¿qué pasa si tras acudir a sesiones de fisioterapia sigue sin desaparecer?
Podemos entender lo explicado anteriormente observando la postura que adoptan durante el embarazo las futuras mamás, como un aumento de tensión fascial hacia adelante nos provoca un aumento de la curvatura lumbar.
Pero, ¿Una disfunción en nuestro sistema visceral crea la misma compensación postural?
La cadena visceral está formada por un conjunto de órganos, glándulas y tejido.
Cada víscera está colocada en un lugar con una finalidad, de modo que encontramos una cadena visceral justo delante de la columna lumbar y relacionadas a través de tejidos que otorgan flexibilidad, movilidad y estabilidad.
Por ello, cuando existe una disfunción visceral como colón irritable, digestiones lentas, estreñimiento, úlcera de estómago… nuestro cuerpo tenderá a protegerse del dolor.
Y en este caso, los tejidos que rodean las vísceras se aproximarán al punto de dolor para aliviar la tensión provocada. Nos encontraremos con una curvatura mayor en la zona lumbar en la que los discos sufrirán mayor presión y aparecerá un dolor permanente.
Un dolor permanente que ¿desaparecerá?
Si, una vez encontrada la causa que lo provoca y una vez eliminado el factor principal, que en este caso es visceral, dando movilidad y flexibilidad a los tejidos con técnicas manuales o derivando a un especialista si fuese necesario, centraremos nuestro trabajo en la zona sintomática evitando posteriores tensiones y lumbalgias recidivantes.
De ahí, la importancia de una buena valoración estructural, bioquímica y emocional en consulta que hará que nos olvidemos por completo de esos dolores de espalda.